lunes, 9 de septiembre de 2013

UN PUZZLE CON HISTORIA

Habían puesto a Rembrandt en un autorretrato más bien grasoso, y prescindiendo de los colores. Lo mostraba sospechosamente un hombre con  un pulgar sucio, y con una carretilla muy pequeña, bueno tanto Tampoco. La otra mano tenía unas monedas como si estuviera pensando en si pagaba  por adelantado. El rostro que tenia de disgusto por la vida y de los malos momentos…

Pero tenía una dura alegría que estuviera allí para ver a su hija. Al verla le cayeron unas lagrimas brillantes como gotas de rocío, por fin, aquel hombre, volvió a ver a su hija después de tantos años.